Mucho ruido y pocas nueces

Muchas opiniones se han vertido durante años acerca de las bondades que ofrece, y de los males engendra la Ley SAMCo en nuestra provincia. Innumerable cantidad de episodios conflictivos llenan páginas de gruesos expedientes en el Ministerio de Salud, relatando pujas administrativas, profesionales y políticas entre intendentes, concejales, integrantes de consejos de administración, directores médicos, vecinos, etc.

Mientras tanto, intervenidos o normalizados en su administración, los hospitales SAMCo –aun hoy, y salvo pocas excepciones- siguen dejando mucho que desear en cuanto a la cantidad y calidad de los servicios de salud que ofrecen a la comunidad.

Una ley de la dictadura

Recordemos que la Ley SAMCo (Servicio de Atención Medica para la Comunidad) fue sancionada en el año 1967 (en plena la dictadura), y que en su esencia establece un modelo de descentralización de los establecimientos de salud de baja y mediana complejidad de las localidades del interior de la Provincia. Las principales críticas que se le puede hacer al “modelo de gestión” SAMCo son :

• Que los consejos de administración no siempre representan a los intereses de los usuarios y suele ser un terreno de disputa política ajena a la cuestión de salud;
• Que no existe ninguna figura técnica con capacidad ni entrenamiento para la gestión, como la de gerente o administrador;
• Que el rol del director médico es confuso y su autoridad es difusa;
• Que la Ley segmenta a la comunidad por su capacidad de pago y habilita al arancelamiento de las prestaciones;
• Que no hay referencia a un «plan maestro» o «plan estratégico» sanitario al que el SAMCo debe subsumirse e integrarse;
• Que la descentralización (autonomía para administrar los recursos -$$$ y personal- ) es parcial e incompleta.

La propuesta oficial

El Gobierno provincial propone derogar la Ley SAMCo, para que el Estado asuma la administración directa de los hospitales … Un modelo de «monopolio estatal» en el que el Ministerio todo lo puede y todo lo  hace (recauda, financia, asegura y provee servicios de salud). La experiencia en algunos casos parece indicar que se corre el riesgo de que el Estado incremente sus demandas de recursos para funcionar, se burocratiza … y a la larga pierde eficiencia.

Una propuesta alternativa

Sostengo la importancia de mantener el esquema de «separación de funciones» ; en el que el Ministerio debe ser un organismo del Estado, central y fuerte, preparado para cumplir con su misión como regulador del sistema de salud en su conjunto, como financiador de las políticas y programas de promoción y prevención, y como asegurador de la cobertura de atención médica para los santafesinos que no tienen otro tipo de cobertura social, a través de la implementación de un seguro público de salud.

Mientras que por otro lado, la actividad de proveedor de los servicios de salud se lleve a cabo desde hospitales con capacidad de gestión realmente autónoma. Para ello, se podría reemplazar a la Ley SAMCo por un nuevo instrumento legal y normativo que transforme a los Hospitales «empresas sociales de salud» .. esto es , rescatar la idea de gestión administrativa autónoma, pública y descentralizada que tienen la Ley SAMCo, pero «corrigiendo» sus errores y vicios. Esta ley de hospitales como empresas sociales de salud debería contemplar, por lo menos:

• La figura de una junta directiva que sea superadora de los actuales consejos de administración
• La administración autónoma de todos los recursos por parte de la junta directiva
• La profesionalización de la gestión a cargo de la figura de gerente o administrador
• Una definición clara de la relación entre la administración y la dirección técnica del establecimiento
• Acuerdos de gestión explícitos entre el Ministerio (que financia y regula) y la junta directiva de los establecimientos (que administran y proveen los servicios de salud)
• «Aggiornar» el concepto de servicio de salud a las nuevas demandas y expectativas sociales.

Hace ya unos cuantos meses que fueron electos funcionarios, gobernador, diputados, senadores, intendentes y concejales. El tiempo transcurre y la comunidad , ya impaciente, espera que se reemplacen los discursos de campaña por la contundencia de las acciones de gobierno, y entonces si, tal vez conocer cuál será el futuro de nuestros hospitales.

Por Dr. Ramiro Huber.