Hay que levantarse y nos comimos todo el combustible. El desayuno -la primera comida apenas nos levantamos- es necesaria  ya que contamos con poca glucosa, que alcanzará para unos 45 minutos de energía aproximadamente, y en ese tiempo el cerebro espera que desayunemos!!

Necesita el “combustible” que colocamos en nuestro cuerpo para comenzar con  sus funciones al igual que una máquina o un auto.

Si estamos apurados o no comemos por la mañana, el cerebro tendrá que ponerse en emergencia,  proceso que continuará hasta que volvamos a comer. Mientras, una hormona de nuestro organismo sacará la energía que pueda de células musculares, ligamentos, huesos y colágeno de la piel. Por lo tanto, el cerebro en vez de ocuparse de sus funciones intelectuales, se pasará la mañana activando el sistema de emergencia para obtener alimento y combustible.

Beneficios:

• Mantener un peso saludable, previene la obesidad.
• Obtener energía y nutrientes para las actividades diarias.
  Mejorar el desempeño escolar.
  Favorece el tránsito intestinal.

¿Qué debe incluir un buen desayuno?

Debe incluir lácteos (leches, quesos, yogures) galletas y panes blancos o integrales (tostados o sin tostar) y algo de fruta! Otros ingredientes también pero sin abusar: quesos, manteca, mermelada, miel.

Saltearse el desayuno provoca cansancio y mal humor, demasiado apetito para llegar al almuerzo, decaimiento, falta de concentración, aumento de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, aumento de colesterol y triglicéridos.

Cuando se comienza el día ayunando, se pone en marcha una estrategia de ahorro energético, por lo que disminuye el metabolismo. El cerebro no sabe si el ayuno será por unas horas o por unos días, así que toma medidas restrictivas.

Por eso si luego de varias horas  decide comer, la comida será aceptada como excedente, se desvía hacia el almacén de “grasa de reserva” y la persona engordará.

Nutricionista Gabriela Aguirre
Matrícula 1516/2