La serie de penales siempre tienen un sabor especial. El clima que se crea a la hora de empezar a lanzar las ejecuciones desde los doce pasos es único. No hay momento comparable en el fútbol como ese. Quizás a muchos no les guste definir la eliminatoria de esa manera porque a veces el premio se lo lleva el que menos mereció, pero hasta el momento el fútbol no ha encontrado otro medio más efectivo para romper con la paridad. En el caso del domingo pasado entre Firmat FBC y Argentino la definición desde el punto penal fue un hecho justo. Ninguno hizo méritos suficientes para ser el dueño del duelo, tan solo dos jugadas por lado en los noventa minutos; lo más destacado pasó por las reiteradas discusiones y las expulsiones (dos) de los jugadores locales. Gracias a los penales, el clásico tuvo emoción.
Argentino le sacó rédito a la experiencia de sus jugadores para definir la tanda a su favor. Adrián Loria mostró el camino picando el primer penal de la serie, José Galetti se convirtió en héroe atajando la ejecución de Pablo Ceretto, y Alejandro Ojeda tuvo el temple suficiente para terminar con la tensión. El Cuevero terminó festejando el pase a la siguiente ronda, se sacó de encima el peso de partir como favorito, pero en los fríos números no fue más que el dueño de dos empates. No lo definió en el partido de ida con un hombre de más, no tuvo capacidad para terminar con la historia en la vuelta con dos jugadores más, y si no hubiese sido por la figura de su arquero -atajó un penal en cada cancha-, el final podría haber tenido otro color.
Firmat FBC tampoco mostró una buena producción futbolística. Algunas jugadas aisladas de sus dos delanteros, o algún rompimiento de Joaquín Cabral, no mucho más. Se quedó con la tranquilidad de saber que mostró personalidad de sobra para sortear momentos difíciles, siempre le tocó bailar con la más fea (tres expulsiones en ciento ochenta minutos). Tambaleó en el primer tiempo de la Villa Deportiva, pero tuvo audacia para recuperarse en el segundo; en su cancha, con dos menos no sufrió demasiados sobresaltos, y hasta pudo ganarlo si la suerte corría a su favor. La falta de efectividad en los penales fue la clave de una derrota que no fue tal. Padeció ver festejar a su clásico rival en su cancha. Sin embargo los dos empates le bastaron para clasificar a la siguiente ronda de la Copa Interligas como uno de los mejores cinco perdedores.
A final de cuentas, el balance para el Rojo no fue tan malo.
Los clubes tenían todo listo para dar inicio al certamen 2016 de la Liga Deportiva Del Sur, a última hora los dirigentes de la casa madre de la competencia decidieron suspender la fecha debido a que el club Sportivo
Álvarez todavía no resolvió los problemas legales con la Liga Rosarina. En correr de la semana se reunirán todos los clubes para poner punto final a la situación. Mientras tanto, los equipos firmatenses aprovecharán el tiempo para preparar el nuevo desafío de la novedosa Copa Interligas.
