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Milagro de salvación

Argentino luchó con alma y vida para quedarse en el Torneo Federal. Derrotó a Atlético Carcarañá 70 a 68 como visitante en tiempo suplementario y logró la hazaña de dar vuelta la serie.

Argentino jugó, sufrió, agonizó pero finalmente celebró. Venció como visitante a Atlético Carcarañá 70 a 68 en el quinto partido de la Serie de Permanencia y de esta manera logró mantenerse en el Torneo Federal. Lo tuvo para ganar en el tiempo regular pero le costó cerrarlo, lo cual aprovechó el local para llevar el juego a suplementario. Sin embargo el Cuevero demostró tener un plus cuando juega cosas importantes y ganó el parcial 10 a 8. El goleador fue Andrés Miguel con 25 puntos y la figura Omar Zanocco con 22.

El camino hasta la definición

Hacía muchos meses que Argentino tenía la cabeza puesta en la Serie de Permanencia y en el quinto partido de ser necesario. La floja temporada regular lo puso en una situación poco deseable; el hecho de empezar con el pie izquierdo el torneo acomodándose como el último de la Conferencia Litorial, había pegado fuerte en lo anímico de un equipo que se preparó para estar más holgado. Chispazos de buen básquet no eran suficientes para hacerse de juegos con posibilidades cercanas a lo que ofrecía el equipo. Estuvo cerca de salir del asedio frente a Sportivo Las Parejas en la vigésima quinta fecha pero parecía que el destino ya estaba escrito. Cinco partidos más para encarar de la mejor manera el desempate final a la espera de un rival.

Preparado mentalmente para la serie definitoria, el rival de discusión fue un Atlético Carcarañá que se fue desinflando con el correr de la temporada, amagó con pelear cosas importantes pero con el correr de los partidos cayó en un precipicio sin piso, salvándose de no ser el último gracias a los encuentros que había ganado en la primera parte del torneo. Si bien la localía la consiguió el conjunto carcarañense, tuvo que prepararse para la ocasión en pocos días, cosa que Argentino ya venía masticando hace meses.

Haciendo eco de la ventaja de ser local en los dos primeros partidos Cremería se apoyó en eso para sacar una buena diferencia en el arranque del primer juego. De todas formas en el momento definitorio demostró debilidad para cerrar el juego a su favor y terminó sufriendo en un encuentro que había sacado más de una decena. Argentino no pudo llevarse el partido -perdió en suplementario- pero se llevó una cosa muy importante: la respuesta de su rival en situaciones límites. Prácticamente la misma temática tuvo el segundo partido en Carcarañá; con un local comandando en el tablero y en el juego y un Argentino remando desde abajo hasta poner en aprietos a los dirigidos por Federico Giulianelli. No se quedó con la victoria porque sufrir era el precio de la mala temporada regular.

El ‘Coloso Cuevero’ Roque Vassalli se preparaba para ser escenario de dos encuentros de alta tensión. Atlético llegaba a Firmat con la ventaja de estar 2 a 0 arriba en la serie sabiendo que si robaba uno se quedaba en la categoría, y sino tenía la oportunidad de definir en su cancha. Sin embargo los conducidos por Mario Fogolín se encargaron de quitarle dramatismo a la cosa desarrollando el mejor básquet de la temporada para superar el primer examen con éxito. La película tenía un cuarto capítulo en el mismo sitio con los mismos protagonistas pero diferente trama. Si en la noche de jueves el Cuevero había jugado el mejor encuentro del 2014/2015, el sábado desarrollo un básquet de alto vuelo. Borró de la cancha a su rival; llegó a sacarle arriba de veinte puntos y dejó a los jugadores de Atlético incrédulos sin poder creer lo que estaban viviendo. Un final feliz para el equipo firmatense y uno de terror para Cremería. Quedaba vivir uno de suspenso.

El partido

Vaya si se había preparado mentalmente el Cuevero para este tipo de circunstancias, estuvo muy cerca en los dos primeros y superó con holgura a su rival en los dos siguientes. El mensaje que quedaba para el partido definitorio era de un Argentino entero anímica y físicamente -más allá de la lesión de Nicolás Morales en el primer juego-, y un Atlético golpeado -dejando de lado la lesión de Fernando Belluomini- mostrando estar inmerso en una pesadilla en la que nunca soñó. De todas formas en un partido de baloncesto todo puede pasar y puede despertarse hasta el más perezoso.

La historia comenzó con mucha euforia en las tribunas porque el partido no daba respiro, palo por palo y ninguno cedía terreno. El juego no era de una final porque se enfrentaban los dos últimos de la conferencia, pero el clima hacía pensar que era el juego más importante de todos. La primera mínima diferencia se la llevó Argentino cerrando el primer cuarto 18 a 16 dejando en claro que no le pasaba el momento.

Carcarañá parecía haber encontrado la fórmula mágica para salir de esa pesadilla. Recobró parte de su memoria, organizó las ideas y finalmente se dio cuenta que se estaba jugando la vida y no había cuarta oportunidad. Ajustó en los lugares donde el Cuevero hacía daño y se mantuvo activo en ataque igualando la misma cantidad de puntos que el parcial anterior pero dejando en solamente seis puntos a los firmatenses. Atlético vio un halo de luz que señalaba el cielo ganando 32 a 24.

La tensión empezó a aumentar a medida que los minutos se consumían, algunos hinchas que gritaban, otros que saltaban, un puñado que se comía las uñas, el drama se hizo dueño del juego de la línea blanca para afuera. Adentro el partido no daba respiro; Argentino achicó la ventaja, Cremería volvió a tomar distancia. Nada se regalaba y todo se hacía reñido. El local mantuvo la ventaja al término del tercero 49 a 42. El hincha cuevero se mostraba esperanzado pero a la vez tensionado porque el resultado no les favorecía.

Despacio los de Fogolín fueron limando asperezas, solucionaron problemas que les trajeron varios dolores de cabezas, pensaron cada jugada hasta el mínimo detalle para elegir la mejor opción y se jugaron la ropa en cada rebote, a sabiendas era el momento de entregar todo. Los fantasmas de los cierres de partidos nuevamente asomaron por Carcarañá, generándoles dudas a cada jugador local, dejando presente lo sucedido en los dos primeros juegos. Argentino aprovechó ese bache y salió en busca del juego y de la permanencia. Tuvo el triunfo al alcance de la mano pero le costó defender la última bola y Atlético llevó las cosas a suplementario: 60 a 60 y a sufrir cinco minutos más.

Si cuarenta minutos eran demasiado para el hincha, cuarenta y cinco era estar al borde del infarto. Años de sacrificio por llegar a donde se encontraban, años de trabajo para formar un equipo de Torneo Federal, años de entrega por honrar la camiseta de su club, años de historia se ponían en juego en solamente cinco minutos. Solamente cinco minutos. 

Los corazones aguantaban como podían cada ataque, cada jugada, cada acción. Un tiro errado era un puñal en el pecho, una conversión el desahogo más grande. Los minutos pasaban -parecían días, meses, años- y la paridad se mantenía. Hasta que Omar Zanocco, acostumbrado a grandes desafíos, frío para ir a la línea, anotó dos libres para sacar 4 puntos de ventaja por 1’19» por jugar. Miles de cosas pasaron por la cabeza de cada aficionado cuando Gino Avenali convirtió los dos tiros libres y, tras una recuperación en la salida de los firmatenses, anotó un triple que hizo estallar toda la parcialidad local pasando al frente 68 a 67 con menos de un minuto por jugar.

Pero si está Diego Cordera en cancha cualquier cosa puede pasar. Se hizo cargo de la última acción del equipo, tomó la responsabilidad de jugarse los cuatro años de historia en el Torneo Federal, fue hacia adentro con guapeza y le devolvió el alma a los cueveros con un doble. Lautaro Bouchet desde la línea puso el juego 70 a 68 y en un intento desesperado de tres puntos Avenali vio desvanecer la oportunidad de quedarse en la categoría.

La imagen final

El amontonamiento de los jugadores cueveros fundiéndose en un abrazo de desahogo por haberse sacado una mochila muy pesada. La corrida de los hinchas por sumarse a la montonera para estar cerca de sus ídolos.  Las lágrimas de los más pasionales descargando toda la tensión acumulada. Fue la imagen de un Cuevero que tuvo como figura destacada a Omar Zanocco pero que se sostuvo con el partido soñado de Andrés Miguel, coronando una serie de encuentros a un nivel superlativo. Si Argentino se mantiene con vida, es porque tiene un ángel guardián que otra vez le tendió una mano.

Síntesis:

Atlético (68): Gino Avenali 5, Alejandro Fernández 14, Juan Pablo Camino 13, Leandro Noguerol 12, Diego Fessia 7(f.i), Franco Giachetti 11, Fernando Belluomini 0, Pablo Pirani 6 y Enrique Hames 0. Dt: Federico Giulianelli.

Argentino (70): Andrés Miguel  25, Jorge Banegas 7, Lautaro Bouchet 8, Omar Zanocco 22, Fernando Giraudo 2(f.i), Gastón Fogolín 0, Diego Cordera 6 y Franco Fogolín 0.Dt: Mario Fogolin.

Parciales: 16-18/ 32-24/ 49-42/ 60-60/ 68-70
Árbitros: Ezequiel Macías, Sergio Quinteros y Gonzalo Ponce.
Comisionado: Miguel Cestari.
Estadio: Club Atlético Carcarañá

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