Tras el conflicto con las barrenderas, Maximino aseguró que la protesta surgió “porque se guiaron por comentarios”. “Fue una mala interpretación de un grupo de ellas” resaltó.

El miércoles por la tarde, las 48 mujeres afectadas a los trabajos de barrido y limpieza de la ciudad llevaron adelante una medida de fuerza en uno de los corralones municipales.

Tras una reunión con el intendente Maximino y el secretario de Servicios Públicos, Claudio Garziera, los ánimos se calmaron y las barrenderas retomaron su labor.

Tras el conflicto, el intendente manifestó su preocupación por la tensa situación que se vivió.

“Fue un hecho muy llamativo, nos tomó de sorpresa porque veníamos hablando con las chicas desde fin de año. Les habíamos dicho que, a partir de este año, íbamos a introducir algunas modificaciones respecto al funcionamiento del área porque recibimos quejas de vecinos de lugares donde hacía tiempo no se llegaba con el barrido” dijo y agregó: “también les habíamos comunicado que íbamos a empezar a regularizar la situación, con 13 o 14 contratos, que es un reclamo que vienen llevando desde hace tiempo”.

“Veníamos hablando bien; ésto les cayó muy bien y, de golpe y porrazo, me entero lo que pasó” manifestó y opinó: “se podría haber evitado pero llegamos sobre el hecho consumado”.

Sobre los fundamentos que sustentaron la protesta, aseguró: “se guiaron por algunos comentarios y eso es lo llamativo”.

Más allá de lo vivido dentro del Corralón, el mandatario se mostró preocupado “por el entorno que se generó fuera del lugar”.
“Me preocupa y no quiero meter a la política. Esto va más allá” subrayó y completó: “lo importante es que llegamos a un acuerdo y acá nadie quiere borrar con el codo lo que escribió”.