«8.18 estoy ya sentada en el colectivo que debía salir de Firmat 7.53 según horario exhibido en transparente por la boletería de la empresa. Yo había llegado 7. 20. Me informa boletería que espere 10 minutos porque no pueden vender boletos debido a que no saben si hay lugar. Vuelvo a los 10 minutos. Ya hay cola pero aún no tiene información porque el celular no tiene señal ; 7.59 informan que pueden vender solo 3. Me quejo,explico la situación de que hay gente esperando en el frío sin saber a qué hora podrá viajar. Obviamente, la boletería no tiene la culpa. Me vende un boleto. Unas 7 personas quedan para el micro de otra empresa que saldrá a las 9 am.
De quien es la responsabilidad de estas situaciones tan habituales en el servicio de transporte. Del boletero no es! Pero, ¿quién responde por los usuarios?
Hace tanto tiempo que esto pasa que lo hemos naturalizado pero no es natural. Es falta de interés por un servicio que de todos modos sigue lucrando.
La respuesta del empleado de boleteria, «usted debe saber que es así» no me deja tranquila, porque, cómo hago de antemano para saber demoras o falta de venta de pasajes. Llegué temprano pensando que era precavida, pero no, el sistema me pedía un poco más de paciencia.
¿Hasta cuándo, cuánto más? ¿Quién debe hacerse cargo de este servicio público?
O.., ¿a quién interroga el usuario si es que se lo escuchará para encontrar soluciones?
Ante la ausencia de interlocutores, los usuarios caemos en la queja, y dejamos pasar!»