Vassalli Fabril S.A, la emblemática fábrica nacional de cosechadoras que fue rescatada de una severa crisis por un grupo de cuatro concesionarios, se presentó en “Expoagro 2017” con nuevos proyectos. La firma está por lanzar un nuevo modelo, apunta a la diversificación de productos y a recuperar mercados de exportación.
Néstor Girolami, que está al frente de este difícil proceso, aseguró que, pese a que «muchos la dieron por muerta», la empresa de Firmat tiene mucho futuro pero reclamó al Banco Nación flexibilidad para refinanciar la deuda de 250 millones de pesos que tiene la compañía con la entidad. «Pagamos a todos y queremos pagar al banco pero en condiciones viables, si la empresa quebraba en abril nadie cobraba», dijo. Y aseguró: «No es verdad que la empresa esté funcionando gracias al Banco Nación sino a los concesionarios que se hicieron cargo», aseveró.
¿Cómo fue el proceso por el cual recuperaron Vassalli?
Vassalli le pidió en su momento financiación al Nación para fabricar cosechadoras para Venezuela, en el marco de un fideicomiso de intercambio comercial con ese país. Era un contrato por 250 unidades. Se fabricaron las primeras 50, se cobraron y luego quedaron otras 80 en el patio de la fábrica. Luego el fideicomiso incumplió el contrato con Venezuela, se cayeron los acuerdos y Vassalli se quedó con las máquinas en stock y endeudada con el banco. A fines de 2015 el Nación pasó la empresa a situación 3 y empezó la devolución de cheques. En febrero, Mariana Vassalli habló con el presidente Mauricio Macri, quien la mandó a hablar con Carlos Melconian, que era en ese momento titular del Nación. Ofrecieron cambiar cheques de concesionarios pero luego lo cortaron porque dijeron que la empresa era inviable. Ahí me enteré del problema, y conseguimos descontar los cheques en otro lado. La empresa siguió funcionando hasta el 20 de abril. Comenzamos charlas con el Nación, en las que el director Carlos Castellani siempre fue un nexo y nos abrió las puertas. Nos sugirió hablar a los concesionarios para hacer un grupo y llevarla adelante. Lo hicimos. Desde junio pagamos normal y al día. A partir del primero de enero hasta junio (primer semestre) tenemos proyectadas entre 90 y 120 unidades.
El año pasado parecía que había un acuerdo para refinanciar la deuda con el Banco Nación. En las últimas semanas se trabó e incluso hubo un cruce entre el gobierno provincial y Carlos Castellani. ¿Qué pasó?
Con el banco empezamos las charlas en mayo del año pasado y llegamos a un acuerdo en el que nos cobraban el 46,8% de una tasa que en ese momento era 32%, o sea que nos salía 15%. Pero si bajaba iba a bajar también la nuestra. La refinanciación era a 10 años con un año de gracia, y comenzábamos a pagar desde el segundo año el capital. Firmamos con el escribano, con el entonces vicepresidente Enrique Szewach, con Castellani, y a la media hora vino una abogada a decirnos que eso no iba, que la línea no lo aceptaba y cambiaban las condiciones. Se abrió otra negociación pero en enero los directores dijeron que ya habían decidido. Trascartón, recibimos la noticia de que nos daban treinta días para decidir si firmábamos o no, porque nos pasaban a legales.
¿Qué argumento les dieron?
Los directores no quieren firmar algo que la línea no esté de acuerdo, porque tienen miedo de que haya problemas con la refinanciación. En otros casos fue distinto. Por ejemplo, Vassalli le debía al Credicoop 24 millones de pesos. Hablamos y llegamos a un acuerdo por el cual buscamos ocho productores para venderles ocho máquinas. Hoy la empresa no le debe un peso al banco, que tiene ocho clientes diferentes que son productores agropecuarios que les están pagando el crédito normalmente. El Nación no aceptó esto. Nosotros buscamos todas las formas para pagarle. Acordamos por la deuda con los empleados, la UOM, la obra social, la municipalidad, la provincia y a la Afip. También queremos pagarle al Nación, pero las condiciones que nos quieren imponer son impagables. Proponemos un crédito en dólares, con tasa Libor a 10 años, y pagársela correctamente. Estamos abocados a salvar a Vassalli y lo vamos a hacer. Ahora, después del encuentro entre el nuevo presidente del banco y el gobernador Lifschitz, en Expoagro, nos convocaron a una reunión. No hay nada concreto pero tenemos expectativas. Estamos hablando de una deuda que el banco tenía perdida. Si la empresa quebraba en abril nadie cobraba. Estamos ayudando a que recuperen la plata que tenían perdida, manteniendo las garantias, más los avales nuestros. Si no arreglan es porque no quieren. No sé por qué. A lo mejor les pisamos callos a otras empresas. Porque Vassalli tiene un lugar en el mercado, donde compite con grupos multinacionales. Y la tenían por muerta.
Pero en declaraciones a La Capital, el director Carlos Castellani dijo que la empresa está viva gracias al Banco Nación
Si bien es cierto que él nos abrió las puertas y nos atendió, no es verdad que Vassalli esté funcionando gracias al Banco Nación. Está funcionando gracias a Mariana Vassalli y un grupo de concesionarios que se hizo cargo y gestionó para recuperarla, con el apoyo de muchos. La verdad es que hoy, debido al Nación, no podemos funcionar como queremos.
¿Cómo está la empresa?
Queremos diversificar. Tenemos planes de integración con empresas de Brasil, Polonia y China para trabajar con tractores, maquinaria vial y estructuras para la energía eólica. De a poco vamos generando cosas y haciendo ahorros. Tenemos que ser muy prolijos pero sabemos cómo hacerlo porque somos gente de este rubro. Ahora somos distribuidores con una fábrica propia. En este momento están saliendo de 15 a 18 máquinas por mes. Tenemos que aspirar a sacar 25 ó 30. Tiramos líneas para exportar en Sudamérica y Asia. Con Nigeria pidieron presupuesto por 350 máquinas y fuimos los únicos que nos presentamos. Y primero les vamos a pedir el pago. Presentamos el proyecto con el gobernador en Firmat, que se llamará Octubre Rojo, y la vamos a presentar en Agroactiva. Hicimos varias innovaciones en las máquinas. Tenemos muchos proyectos pero para avanzar tenemos que cerrar lo del Nación.
