Durante el invierno se registra una mayor circulación del virus sincicial respiratorio (VSR), uno de los principales causantes de la bronquiolitis, una enfermedad respiratoria que afecta las vías aéreas inferiores o ‘bronquiolos’, es de fácil contagio y se transmite de persona a persona por el contacto directo con secreciones nasales. Se presenta como una enfermedad estacional, que aparece en brotes epidémicos cada invierno y que pueden durar hasta cinco meses.
Representa un riesgo para la salud pública por el gran número de hospitalizaciones en los bebés de alto riesgo.
Medidas de prevención
• Impulsar y mantener la lactancia materna.
• Lavarse las manos.
• Evitar la contaminación ambiental con humo (ya sea humo de cigarrillo u otros).
• Evitar el hacinamiento.
• Concurrir a los controles rutinarios con el médico.
• Cumplir el calendario nacional de vacunación y con las vacunas que determine el pediatra, tanto para el bebé como para quienes conviven con él.
Los más vulnerables
Para prevenir la bronquiolitis no existe una vacuna, por eso es muy importante evitar la exposición al virus, especialmente de los grupos más vulnerables: los bebés prematuros de bajo peso o con ciertas afecciones pulmonares, así como niños con cardiopatías congénitas, ya que tienen un riesgo 4 a 5 veces superior de internación por esta infección respiratoria. Ellos deben cumplir con el esquema completo de inmunización pasiva que actúa como un “escudo” para la protección de esta población vulnerable.
La inmunización pasiva está incluida en la “Estrategia Integral de Prevención de Infecciones Respiratorias en prematuros de alto riesgo” del Ministerio de Salud de la Nación y en niños con cardiopatías congénitas con inestabilidad hemodinámica significativa, según las recomendaciones consensuadas con las sociedades científicas.
Fuente: https://www.respiratoriasbebe.org/