Desde hace varios meses, las pésimas condiciones en la que viajan los usuarios del servicio de transporte público de pasajeros -en especial en el corredor Rosario/Rufino- vienen soportando un sinnúmero de situaciones vinculadas  principalmente a la rotura de las unidades que cubren el trayecto.

Es habitual escuchar relatos de personas a las que se les rompió el colectivo, otras que esperaron varios minutos su arribo, otras que padecieron calor, frió y hasta lluvia.

Después del incidente que tuvo lugar a mediados de enero en la Terminal de Ómnibus firmatense -en la que explotó la cubierta de un colectivo ocasionando la rotura de algunos de los vidrios de la sala de espera- la semana pasada, una joven firmatense debió pasar un más que mal momento a bordo de una unidad que transitaba al servicio de Monticas.

Fue cuando regresaba a la ciudad proveniente de Venado Tuerto y quiso bajar el asiento.

Debido a las malas condiciones del mecanismo, uno de los dedos de su mano quedó trabado. Como saldo, la joven recibió una importante herida por la cual debió recibir asistencia médica.

“Nadie se hizo cargo de nada” se lamentó la joven quien contó que -a pesar del dolor que estaba sufriendo- tuvo que valerse por sus propios medios para tomar un remis que la llevara hacia una guardia médica.